En su familia a las mujeres se les daba poca importancia, tanto su padre como su madre la consideraban incapaz de alcanzar alguna responsabilidad importante en la vida, su hermano era el preferido y siempre la excluían de la posibilidad de poder cambiar su vida. Manuelita tenía una amiga que sabía cómo era su vida y cuando cumplió los 18 años le dijo cómo podía cambiar su vida. Durante varios meses organizaron las cosas y llegó el día, esa mañana Manuelita se alistó y empaco lo que necesitaba en un morral y mientras desayunaban le dijo a su familia que se iría a prestar servicio militar. Todos quedaron pálidos, ninguno quería que hiciera eso, fueron muchas las cosas que le dijeron e incluso le rogaron que no lo hiciera. Sabía que eso ocurría, pero la decisión ya estaba tomada y con tranquilidad y decidida se fue a prestar servicio militar, todos quedaron llorando. Aunque al principio fue bastante duro, no desistió y demostró que podía tomar sus propias decisiones y seguir hasta alcanzar las metas propuestas. Cuando terminó el servicio decidió continuar la carrera militar. Hoy su familia admira su capacidad de decisión y de continuar ascendiendo con sus estudios, hace bastante rato superó a su hermano, sus padres no entiende como tanto esfuerzo invertido en su hijo no ha dado los resultados que querían, solo terminó el bachillerato.
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